CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO
CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO. 2025 BICENTENARIO DE BOLIVIA
2025. BICENTENARIO DE BOLIVIA

 

Gastón Cornejo Bascopé

Cochabamba, enero 2019

2025. BICENTENARIO DE BOLIVIA

Sueño y este año del Bicentenario me veo en un asilo de ancianos. Escribo al atardecer mientras aún está encendida la luz exterior y dentro del cráneo bullen todavía encendidos algunos pensamientos, ya difuminados. Por momentos, ingreso en un estado de ensoñación pues percibo que se festeja el Nuevo Año 2025. Entre mis manos tengo una carta amarillenta encontrada en el archivo familiar fechada el año 1925, cuando los militares tenían nervio y corazón activos. Sí, era el primer centenario del nacimiento patrio, yo aún no había nacido.

Antes de leerla, apenas escucho el alborozo exterior de las Bartolinas ancianas que festejan el Bicentenario y no nos dejan dormir tranquilos; pienso con dificultad, en este nuevo año tendría que realizarse otra vez las  torcidas elecciones para renovar el poder político y permutar la dictadura que se prolonga tanto tiempo sin oposición alguna.

Tomo mis lupas y apenas leo -Cochabamba, febrero 10 de 1925- Ah, recuerdo que en ese año un digno militar le exigió al presidente Saavedra: “Devuelva la dignidad a la patria. La borrosa misiva tiene frases vibrantes, la dirige el coronel Carlos Blanco Galindo a un general Pastor Valdivieso que escribió un libro. No quiero emitir juicios y sigo la lectura casi en silencio por el peligro inherente, el castigo de hambre y la persecución aún dentro del establecimiento pues todos los galenos y enfermeras son del partido y es peligroso abrir la boca; además, ya estoy muy antiguo y no creo en fantasmas, apenas en mi reumatismo.

“Mi estimado General. Ha llegado a mis manos su libro “Memorias” publicado el año pasado. Lo leí en un día pues el interés que despertó en mí, no me permitió abandonarlo. Creo que es el primer libro que un militar boliviano escribe sus memorias en una forma tan cálida. Su libro vale por las ideas que despierta, por los materiales históricos que contiene y por el fondo de honradez con que ha sido escrito y todo esto encuentro en el suyo.

Su obra constituye una lección para algunos militares que solo piensan en atropellar grados y sacar beneficios; actitud que antes no tenían los que servían a su patria sin más recompensa que el deber cumplido. Tengo seguridad de que en esta institución no todo está pervertido y existen bellos ejemplos de moral y de abnegación”… No puedo continuar pues mis ojos están empapados en lágrimas quemantes.

Gastón Cornejo Bascopé

Cochabamba, enero 2019

Sí, aproveché la hermosa misiva del Gral. Carlos Blanco Galindo y sus conceptos sobre la institución militar para inventar, cual novela, la lectura de una nota en ese tiempo futuro imaginado del 2025, ya no tan lejano al actual; yo, persistente en vida y en salud; yo, como siempre vibrando de patria y de amor, comento ilusoriamente su contenido. Por razones de espacio sólo enviaré los primeros párrafos a Los Tiempos para su posible publicación, mientras tanto … continúo el relato ficticio.

He secado las lágrimas  ardientes y concluyo la lectua … “El olvido y la ingratitud no deben sorprendernos; hace tiempo que en Montaigne he encontrado palabras de consuelo y veo que usted es un estoico cuando dice:en toda empresa en la que el sufrimiento es seguro, aceptarlo conscientemente constituye la virtud militar por excelencia”.

Manifiesta usted un sentimiento casi extinguido en los componentes humanos de nuestro Ejército. Su ternura varonil lo eleva cuando dice: ”Las felicitaciones de mi jefe, sus exhortaciones y sus consejos, me han acompañado toda mi vida”, al referirse al Coronel La Faye.

El General Villamil le inspiró iguales sentimientos: “Estreché entre mis brazos aquella reliquia moribunda de nuestros tiempos heroicos y salí con el corazón hecho pedazos”.

No creo que muchos tengan palabras como las suyas al recordar de corazón al jefe y se tenga la hidalguía de mostrar la gratitud que ennoblece a quien la proclama. La culpa la tienen los que por la fuerza ahogan en nuestro Ejército esos sentimientos de nobleza que no están extinguidos pero si velados por debilidad o temor.

Aún más, su libro es moral. Con su crítica a la “delación” usted da un revés a quienes hoy la hacen obligatoriamente en el Ejército; “Si la delación es un crimen entre particulares es inconcebible entre los militares, que como signo de nobleza, llevan el sable al cinto”.

Qué más decirle mi querido general; el resto del libro muestra sus trabajo, sus viajes por todo el territorio de Bolivia de donde se tomarán datos geográficos e históricos y también se verá el ejemplo de paciencia y de abnegación.

Los que como malos agricultores escogen las piedrecillas del trigo y las guardan, encontrarán motivos de crítica a su libro, yo recojo el abundante trigo que en él encuentro y lo felicito.

Dígnese presentar a su señora esposa las salutaciones de Alicia y las mías y usted mi querido general, reciba también las de ella y las de su amigo y servidor.

Carlos  Blanco Galindo